Utilizar el sistema operativo Linux en nuestro servidor

Para muchos usuarios la gestión de datos y archivos importantes se convierte en un problema. Cuando se necesita un archivo de datos con carácter urgente, en primer lugar hay que pensar en qué ordenador se almacena. Siete de cada diez veces, no suele estar lo que se necesita en el ordenador de sobremesa que tenemos más a mano.

Una buena manera de evitar esta situación y mantener el acceso a los datos, es establecer un servidor principal para tener nuestra propia red informática en casa. Los sistemas Linux no son demasiado exigentes y se puede utilizar en un equipo con un mínimo de 512 MB de RAM, 2,0 GHz, una tarjeta de red, Internet y una memoria de 500 GB. El punto fuerte de los sistemas operativos de Linux es que la mayoría de ellos se pueden descargar de forma gratuita.

Sus últimas versiones lo han mejorado y lo acercan mucho a Windows, aunque no tan fácil de instalar. Las personas que necesitan interconectar varios ordenadores personales prefieren Linux. Podemos configurar nuestro servidor para permitir que algunos ordenadores externos puedan acceder a nuestra red. Prácticamente se puede controlar todo lo que uno puede hacer, utilizando uno de estos equipos que forman parte del servidor a través del perfil de usuario y los permisos concedidos.

Existen diferentes Linux para nuestro servidor: Mandriva, Debian, Ubuntu, Red Hat, Kubuntu o Fedora. Todos son bastante resistentes a los ataques de virus y cada uno de estos ofrecen al usuario el uso de Firewalls y otros elementos de seguridad.